Uffffffffffffff. Hay que volver.
Es tal la vorágine de todo lo que hicimos, en la carrera contra el tiempo, que algunos días parecieron semanas… Y sin embargo los 6 días parecieron apenas algunas horas.
“Now you see it, no you don´t”: como un acto de magia.
Ahora estamos sentados en el JFK, en lo que parece la terminal más aburrida y pobre de este mega aeropuerto que hoy nos despide. Donde ni siquiera venden un café decente. Dónde está Starbucks cada vez que uno lo necesita?
Como el desenlace de Life on Mars, todo pareciera encajar. Cada vez que llego y visito la ciudad me siento parte de ese lugar que me es ajeno.El sentimiento se repite como cada vez, aunque en cada oportunidad va ganando intensidad: es una sensación rara, como si estuviera dejando no la ciudad donde pasé la última semana, si no mi hogar; con la incertidumbre plantada: ¿Cuándo volveré?
Hay melancolía y un nudo en la garganta.
Hay melancolía y un nudo en la garganta.
Las gotas de lluvia en las ventanillas del metro son la sintonía perfecta para alimentar esta sensación.
Y esta canción, que es tan tan linda.
Cómo explicarlo?
(si ya sé, es cursi, será culpa de Vero y La Vie en Rose? Nuevamente: gracias)
Y esta canción, que es tan tan linda.
Cómo explicarlo?
(si ya sé, es cursi, será culpa de Vero y La Vie en Rose? Nuevamente: gracias)
Será hasta la próxima. Hay mucho que contar. Nuevos lugares. Nuevos sabores. NYC me sigue asombrando cada vez.
Leaving New York never easy
I saw the light fading out