Dicen que quien avisa no traiciona: hoy volamos de NYC a Marrakesh sin escalas.
Del primer al último destino; de un símbolo contemporáneo, a una ciudad suspendida en la historia. Marrakesh no es solo un viaje a través del océano, es un viaje a través del tiempo.
Del primer al último destino; de un símbolo contemporáneo, a una ciudad suspendida en la historia. Marrakesh no es solo un viaje a través del océano, es un viaje a través del tiempo.
Una ciudad rodeada por dunas de arena y murallas que separan el siglo XXI de este laberinto de calles y comerciantes que son el corazón de la Vieja Medina.
Los mapas son un lindo souvenir para llevarse a casa, guiarse con ellos a través de esta ciudad-mercado resulta casi imposible.
Motos, bicicletas, peatones (muchos peatones) y puestos de toda clase animan cualquier tarde: no existen diferencias, no hay sábados o domingos; en esta ciudad no descansa nadie, o al menos eso parece.
Aprendimos a “entenderlos” a prueba y error:
Aprendimos a “entenderlos” a prueba y error:
Lección 1: A regatear
Si no hay un menú o un cartel con precio todo es regateable! Lástima no haberlo sabido antes :O
Taxi desde el aeropuerto
Tarifa abonada: 20 euros (20 euros!!!)
Tarifa “real”: 6 euros
Ni siquiera nos sirvió para hacer feliz por un día a un trabajador, en realidad se sienten ofendidos si uno no les sigue el juego eterno de bajar el precio.
Si no hay un menú o un cartel con precio todo es regateable! Lástima no haberlo sabido antes :O
Taxi desde el aeropuerto
Tarifa abonada: 20 euros (20 euros!!!)
Tarifa “real”: 6 euros
Ni siquiera nos sirvió para hacer feliz por un día a un trabajador, en realidad se sienten ofendidos si uno no les sigue el juego eterno de bajar el precio.
Lección 2: Nadie hace nada por pura hospitalidad
Sacar el mapa no solo no ayuda demasiado para orientarse; es un imán instantáneo para todos los “guías” que cubren las calles. Se amontonan para orientar al turista a donde desee llegar y donde no también. Todos juran hacerlo de pura amabilidad, pero recuerden: al final del trayecto se van a encontrar “abonando” un servicio que ni siquiera solicitaron.
Lo mejor es seguir el instinto y evitar situaciones… incómodas.
Sacar el mapa no solo no ayuda demasiado para orientarse; es un imán instantáneo para todos los “guías” que cubren las calles. Se amontonan para orientar al turista a donde desee llegar y donde no también. Todos juran hacerlo de pura amabilidad, pero recuerden: al final del trayecto se van a encontrar “abonando” un servicio que ni siquiera solicitaron.
Lo mejor es seguir el instinto y evitar situaciones… incómodas.
Lección 3: Nunca dejes para mañana lo que puedas comprar hoy
Si bien los mercados suelen dividirse las calles por rubro, lo ideal cuando uno encontró lo que quería es comprarlo en ese momento.
Encontrarlo el último día nuevamente es una tarea imposible.
Si bien los mercados suelen dividirse las calles por rubro, lo ideal cuando uno encontró lo que quería es comprarlo en ese momento.
Encontrarlo el último día nuevamente es una tarea imposible.
Lección 4: La invisibilidad es posible
Usar gafas de sol , no señalar
Aunque no tengamos la suerte de Harry Potter de tener una capa mágica, usar grandes anteojos oscuros puede ser la solución para pasar desapercibido en los mercados, sobre todo si nos interesa algo y no queremos demostrar interés! Una simple mirada a un objeto es motivo suficiente para llamar la atención del vendedor, por lo que es mejor evitarlo hasta estar seguros.
No importa si uno acaba de ver la más maravillosa tetera de plata creada por el hombre!
Lección 5: Todo caos tiene un orden
Luego de 3 tardes seguidas observando el funcionamiento del “tránsito” nos convencimos de que más allá del desorden visible a nuestros ojos civilizados, existía un orden. Incluso cuando finalmente fuimos espectadores de un accidente menor en la plaza (en nuestras cabezas las estadísticas decían que deberían haber sido muchos más) el responsable abonó al damnificado lo correspondiente sin chistar.
Usar gafas de sol , no señalar
Aunque no tengamos la suerte de Harry Potter de tener una capa mágica, usar grandes anteojos oscuros puede ser la solución para pasar desapercibido en los mercados, sobre todo si nos interesa algo y no queremos demostrar interés! Una simple mirada a un objeto es motivo suficiente para llamar la atención del vendedor, por lo que es mejor evitarlo hasta estar seguros.
No importa si uno acaba de ver la más maravillosa tetera de plata creada por el hombre!
Lección 5: Todo caos tiene un orden
Luego de 3 tardes seguidas observando el funcionamiento del “tránsito” nos convencimos de que más allá del desorden visible a nuestros ojos civilizados, existía un orden. Incluso cuando finalmente fuimos espectadores de un accidente menor en la plaza (en nuestras cabezas las estadísticas decían que deberían haber sido muchos más) el responsable abonó al damnificado lo correspondiente sin chistar.
No obstante tantas lecciones, Marrakesh fue fascinante.
no fue el reencuentro con nuestro amigo Martín, el viaje juntos y las risas compartidas ;
no fueron los atardeceres que pasamos en las terrazas alrededor de la plaza Djemaa el Fna disfrutando un Te à la Menthe;
no fue el viaje a través de los jardines que enmarcan esta ciudad, con sus dunas y palmeras;
no fue la visita a los palacios monumentales que conocimos;
no fue la paz después del hammam (baño turco) la última noche;
ni las perfectas montañas de especias y anilinas en colores que forman parte del paisaje;
ni su exquisita pastelería o los jugos de fruta más sabrosos;
no fue el reencuentro con nuestro amigo Martín, el viaje juntos y las risas compartidas ;
no fueron los atardeceres que pasamos en las terrazas alrededor de la plaza Djemaa el Fna disfrutando un Te à la Menthe;
no fue el viaje a través de los jardines que enmarcan esta ciudad, con sus dunas y palmeras;
no fue la visita a los palacios monumentales que conocimos;
no fue la paz después del hammam (baño turco) la última noche;
ni las perfectas montañas de especias y anilinas en colores que forman parte del paisaje;
ni su exquisita pastelería o los jugos de fruta más sabrosos;
Marrakesh no es divisible en cada uno de sus encantos, o debilidades;
Marrakesh fascina por la suma de todo aquello.
Y yo estuve ahí!