… es un mundo que elijo, y se expande / es un lugar y muchos lugares a la vez / son todos los lugares que viví / son miles de aromas y sensaciones y colores / son las personas que me acompañan y acompañaron en estas pequeñas aventuras / son los amigos que conocí / es cada libro y cada canción que me acompañó / es el sol después de la tormenta, y la noche más fría / es aquel primer aterrizaje y el primer despegue! / es el nudo en el estómago del primer viaje / son todas las luces que me encandilaron en Times Square / es el amanecer más impactante, después de 4 días de caminata, y el alivio, y la emoción, en Machu Pichu / es cada lágrima que cayó por felicidad, por haber llegado / son 2 deseos en el muro, cumplidos / es la ilusión de perseguir un instante en una película / son los viñedos y las ciudades y las playas y las montañas y los salares y los puentes que crucé / son los paisajes divisados desde 1 tren y la libertad del primer viaje en auto / es sentirse en casa a 8500 km / es encontrar ése lugar...

martes, 1 de marzo de 2011

Parte 1: Brighter than the sunshine


Por algún extraño juego del destino, Londres se fue postergando a lo largo de mis viajes. No fue, si no hasta la 3ra visita al Viejo Continente en que pudimos (o quisimos) encontrarle un hueco en el recorrido (y eso luego de descartar una larga lista de ciudades).
Habrá sido un placer postergado? Un juego inconsciente para generar expectativa?
Podría ser.
Allí estábamos, a 2 horas y algo más de vuelo desde BCN, y como un guiño del destino (otra vez, asumo), Londres nos recibió a pleno sol y con un cielo despojado de nubes; irresistible.
Me deslumbró desde que bajamos del tren en St. Pancras, una estación que parece inspirada en un libro de Harry Potter.
No importaron ni el invierno de noche temprana, ni el cielo gris constante que nos acompañó durante los 2 cortos días que estuvimos allá.
Para cuando, a las puertas del Museo Británico, las primeras luces de los faroles fueron descubriendo las sombras de las chimeneas; ya sabía que no había vuelta atrás. Esta ciudad ya tenía un lugar en mi corazón.
En mi fantasía Londinense, estaban Los Beatles, y películas como Notting Hill o Love Actually; pero una vez allí fui Mary Poppins.

St. Paul´s Cathedral, el Hyde Park, chimeneas en cada panorámica, el Big Ben… Una ciudad que resurgió de sus cenizas.
Esta ciudad en monocromo donde el rojo de los buses y las cabinas parecieran ser parte de un fotomontaje.


Esta ciudad se quedó en mí.
Para recordar


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Parte 2: Flowers in the window




Luego de perdernos entré hebras y teteras en Harrods; y de cruzar Kensington Gardens en una bruma, y de varias cuadras solitarias hasta Notting Hill Gate; nos introducimos casi teletransportados al tumulto en Portobello Market.
Casas de colores. Puestos y más puestos de… todo: cámaras fotográficas, ropa, porcelana. Todo concentrado en las primeras cuadras de 1 calle que moviliza a la gente, atraída por los aromas que hechizan y conducen a la segunda parte de este mercado que concentra multitudes cada sábado.
Paellas, tomates perfectos, pimientos de rojo vivo, Cupcakes, panes, canastas de frutas: todo seduce en este barrio.

A donde se mire, colores y más colores que parecen burlar el destino gris de Londres (y a mí, por supuesto, que me resistí tanto a visitarla).