El viaje a Europa en 2009 fue una suma de ingredientes:
5 cambios de moneda, 6 idiomas, algunos ajustes al reloj, 8 aviones (con sus respectivos transfers), 4 trenes (+ unos cuantos de corta distancia), 1 micro, 6 noches armando la mochila (una y otra vez), algunos tés y unas cuantas especias (y claro el ingrediente secreto: el reencuentro familiar).
El resultado final: un viaje lleno de buenas sorpresas, que no solo cumplieron, si no que superaron las expectativas (al menos la mayoría).
De entre las tantas ciudades que conocimos, Budapest fue una revelación.
Quizás porque ni siquiera estaba destinado a ser,
Quizás por ser una escala que decidimos aprovechar,
Quizás por no ser una ciudad atestada de turistas en comparación con lo que vendría,
Quizás por la historia que tiene la ciudad, por haber resistido tantas guerras, por los bombardeos que la acosaron y porque 1 y otra vez se volvió a levantar,
Quizás por sus cariátides, sus insignias tipográficas, su estilo arquitectónico,
O simplemente por el día perfecto que nos tocó.
Lo cierto es que llegamos a Budapest “casualmente”: conectando la Transilvania Draculesca con la Praga Kafkiana .
Quizás porque ni siquiera estaba destinado a ser,
Quizás por ser una escala que decidimos aprovechar,
Quizás por no ser una ciudad atestada de turistas en comparación con lo que vendría,
Quizás por la historia que tiene la ciudad, por haber resistido tantas guerras, por los bombardeos que la acosaron y porque 1 y otra vez se volvió a levantar,
Quizás por sus cariátides, sus insignias tipográficas, su estilo arquitectónico,
O simplemente por el día perfecto que nos tocó.
Lo cierto es que llegamos a Budapest “casualmente”: conectando la Transilvania Draculesca con la Praga Kafkiana .
Budapest fue solo una versión corta, de 8 horas. 8 horas que alcanzaron para atraparnos y prometer un regreso.
Elegimos al bus doble piso para que nos enseñe lo que había por conocer:
dimos 2 vueltas completas, aprovechando el sol frío que nos había faltado en Rumania,
bordeamos el Parlamento,
cruzamos 3 veces el Danubio,
conocimos Buda,
conocimos Pest,
pasamos por la Gran Sinagoga, llegamos al Parque de la Ciudad,
nos sacamos la foto panorámica junto al Palacio Real y al Bastión de los Pescadores,
bajamos a pie la colina del Palacio,
cruzamos el Puente de las Cadenas caminando,
recorrimos las calles que nos separaban de la estación de trenes,
y casi sin más, se nos había acabado la visita…
Por suerte quedaron las fotos.
Y por suerte tenemos a Gabi Manuli!!!!
Gabi se fue a vivir hace 1 año a Budapest y decidió contar la ciudad desde donde ella la conoce:
“La idea de En Budapest se me ocurrió un día de repente, cuando me di cuenta que me la pasaba visitando páginas sobre la ciudad, chequeando lugares y pensando planes. Mis amigos húngaros se la pasaban diciéndome: "Pronto vas a saber más que nosotros sobre la ciudad". Y claro, muchas veces la mirada local no es la misma que pueden tener unos ojos extranjeros, que ven todo de otra manera, más extrañada, más lejana pero a la vez curiosa y viajera.”
Para conocer Budapest como se merece, visiten su blog: En Budapest (Detalles, rincones, ideas y curiosidades)
No dejen de visitar su Kit de supervivencia para viajeros (dónde comer, qué visitar). La presentación sobre Gabi queda en manos de Vero Mariani, vía Alma Singer:
“Conocí a Gabi en Perfil, desempeñándose como redactora para El Observador. Hace un par de meses dejó Buenos Aires y cruzó el Atlántico para instalarse en la capital húngara y ejercer, bueno, casi su mismo rol que en Perfil: observar. Meterse bien adentro de la Budapest escondida y reservada sólo para las almas que la habitan 24/7, los 365 días del año.
A través de coloridas fotos y relatos bien concisos, podemos adentrarnos en verdulerías, clases de salsa, los imperdibles de avenidas fastuosas, shoppings (un mal necesario), tiendas de dulces, calles con graffitis y pequeños bistrós, entre tantos otros lugares que Gabi va descubriendo a medida que pasa su estancia en la capital europea. Son datos con onda, recomendaciones en primera persona y curiosidades para conocer y viajar un rato, aunque estemos lejos de pagar el pasaje que nos lleve en Alitalia o TAM”
Leer el artículo entero
Buena semana!
No dejen de visitar su Kit de supervivencia para viajeros (dónde comer, qué visitar). La presentación sobre Gabi queda en manos de Vero Mariani, vía Alma Singer:
“Conocí a Gabi en Perfil, desempeñándose como redactora para El Observador. Hace un par de meses dejó Buenos Aires y cruzó el Atlántico para instalarse en la capital húngara y ejercer, bueno, casi su mismo rol que en Perfil: observar. Meterse bien adentro de la Budapest escondida y reservada sólo para las almas que la habitan 24/7, los 365 días del año.
A través de coloridas fotos y relatos bien concisos, podemos adentrarnos en verdulerías, clases de salsa, los imperdibles de avenidas fastuosas, shoppings (un mal necesario), tiendas de dulces, calles con graffitis y pequeños bistrós, entre tantos otros lugares que Gabi va descubriendo a medida que pasa su estancia en la capital europea. Son datos con onda, recomendaciones en primera persona y curiosidades para conocer y viajar un rato, aunque estemos lejos de pagar el pasaje que nos lleve en Alitalia o TAM”
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Buena semana!
4 comentarios:
venía disfrutando el post, la música, las fotos (amo tus fotos mai!), la intro a gabi y su genial en budapest (suuuuuuuuuuuuuper recomendable!) y de repente, ¡¡¡¡¡SORPRESA!!!! el post en alma. ñaaaaaa gracias por la alegría amigaaaa, un lujo figurar por acá ;)
gracias por el buda y el pest!
beso enormeeeeeeeeeeeeeee
Gracias Verito!!! Es un honor para mí contar con Alma en este blog. Y gracias por el aguante emocional locaaaaaa.
Que mis fotos gusten es un flash :=)
Besote!
Qué manera genial de presentar Budapest: tu post, tus fotos, Gabi y Vero.
Qué más? Sacar un pasaje e ir personalmente!!!
Besos Mai!!!
Gracias Andre! Es una ciudad increible, vale el pasaje! ;)
Un beso!
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